Recapacitaba el poeta al leer sus versos toscos...
Ausentes de bellas palabras.
Claveles, rosas azucenas, alhelíes...,
no estaba presentes en sus versos.
Ni el olor a azahar o jazmín sabía descifrarlo.
Cerró los ojos y trató de recordar su infancia.
Encontró un paisaje árido, gélido y sombrío.
Casi inhumano.
No había diálogo, ni poemas, ni cuentos contados…
Eso si ¡Mucho silencio!
Sólo lo necesario para sobrevivir.
Lloró al recordarlo.
Abrió los ojos y miró sus manos.
Las besó tiernamente Qué hermosas eran
¿Qué inteligentes!
Sólo plasmaban lo que muy adentro se lleva guardado.
26/03/09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario